Me siento delante de tí, el café se está enfriando, la charla está siendo amena pero poco profunda. Cuanto hemos cambiado, ¿dónde se quedaron los sentimientos que tan profundos llegaron a ser hace no mucho? Te veo y casi ni te reconozco, no físicamente, hay cosas que no cambian como la profundidad de tu mirada, la calidez de tus manos, quizás distinto corte de pelo, quizá un poco más bajito por culpa de los tacones que ahora me acostumbro a llevar, quizá más delgado. Pero eso no importa, lo que importa es que estás más serio, ya no me miras como lo hacías antes de irte, no me sonríes con lo que sabes que me gusta, algo se ha roto, algo nos hemos perdido. Quizá los sentimientos no aguantaron la distancia, quizá no quisimos que aguantaran, quizá todo fue un sueño y yo la única ingenua que se lo tragó y es que viéndote así, al menos sé que eres real, pero no lo que sentimos. Bueno esto será lo mejor, ahora sí que cada uno con su vida, ya no hay dudas. Me hablas y no te escucho, sonrío como en otro mundo y tú lo notas. ¿En qué pienso? Si tú lo sabes, se me nota en la cara y a tí también. No disimules...
De repente se levanta y me planta el mejor beso de mi vida.
Despierto bruscamente de mi sueño, ha sido tan real...

No hay comentarios:
Publicar un comentario